Las pastas pueden clasificarse entre frescas y secas. En este tema nos centramos en las secas, diferenciaremos los tipos y sus características, cuál es la clave del éxito para la cocción perfecta y qué salsas deliciosas no puedes dejar de probar con ella. ¡Que comience la lección!
Muy adecuadas para salsas ricas en aceite o tomate.
Ideales para salsas con taquitos o trozos, se impregnan de mucha cantidad de salsa/se integran muy bien con la salsa.
Otro dato que da pistas sobre su calidad es el uso de moldes y cortadores de bronce. Estos dan como resultado una superficie de la pasta más rugosa y mate que permite que se adhiera mejor la salsa.
- Por cada 100 gramos de pasta se necesita 1 litro de agua hirviendo y 10 gramos de sal.
- El agua siempre debe estar hirviendo al incorporar la pasta y mantener ese punto de ebullición durante toda la cocción.
- Los tiempos de cocción varían en función del formato de pasta y su grosor. Como media se necesitan unos 12 minutos. Al dente: su aspecto es opaco y al partirla debe tener el centro blanco. Blanda: translúcida y con el centro del mismo color que el resto al partirla.
- No añadir aceite al agua de cocción pues dificultará que se adhiera la salsa.
- No refrescar con agua fría al terminar la cocción. Se pierde el almidón que hará que la pasta se impregne bien de salsa. Solamente es recomendable refrescar cuando la pasta se va a utilizar para un plato frío.
- Reservar agua de cocción para el momento de mantecar la pasta con la salsa.
La frittata es un plato típico de la cocina italiana similar a la tortilla. Consiste en una mezcla de huevo con verduras, pasta, carne, queso y otros ingredientes que se cuajan en la sartén o al horno.
Ahora, cuando vayas a comprar pasta ya sabes en qué te tienes que fijar y cuál seleccionar según el tipo de receta que desees elaborar. Además, conoces cuáles son los trucos para conseguir una cocción perfecta. Sólo falta que nos demuestres todo lo que has aprendido en el tema de pastas secas.